V:
Hola, querida dama. Hermosa noche, ¿No cree? Perdone mi intrusión. Tal vez le apetecía dar un paseo. Tal vez solo disfrutaba del paisaje. No importa. Creo que usted y yo deberíamos tener una pequeña charla. Ahh…olvidaba que no hemos sido debidamente presentados. Yo no tengo nombre. Me puede llamar V. Señora Justicia…le presento a V. V…le presento a la señora Justicia. Encantado, señora Justicia.
Sra. Justicia:
“Buenas noches, V.”
V:
Bien. Ahora ya nos conocemos. De hecho he sido fan suyo durante mucho tiempo. Oh, ya sé lo que piensa…”Pobre chico. Se ha enamorado de mi…como un adolescente.” Disculpe, señora. No es nada de eso. La he admirado durante mucho tiempo… aunque solo a distancia. La observaba desde las calles de allí abajo cuando era un niño. Yo le decía a mi padre: “¿Quién es esa señora?”. Y el contestaba: “Es la señora Justicia”. Y entonces yo decía: “¡Qué bonita es!”. Por favor, no piense que era sólo algo físico. Sé que no es esa clase de chica. No, yo la quería como persona, como un ideal. De eso hace ya mucho tiempo. Me temo que ahora hay otra…
Sra. Justicia:
“¿Qué? ¡V! ¡Qué vergüenza! ¡Me has traicionado por una pícara vanidosa y llorona de labios pintados y sonrisa viciosa!”
V:
¿Yo, señora? ¡Permíteme que discrepe! ¡Fue su infidelidad la que me lanzó a sus brazos! ¡Ja, Ja! ¿Eso la ha sorprendido, no? Pensaba que no conocía su pequeño escarceo, pero no. ¡Lo sé todo! La verdad, no me sorprendió en absoluto saber que le gustaban los hombres de uniforme.
Sra. Justicia:
“¿Uniforme? ¿Por qué? No sé de qué estás hablando. V, tú siempre has sido el único para mi…”
V:
¡Mentirosa! ¡Zorra! ¡Puta! ¡Niega ahora que te liaste con él, con el del brazalete y las botas militares! ¿Y bien? ¿No dices nada? Muy bien. Al final te has desenmascarado. Ya no eres MI Justicia. Ahora eres SU Justicia. Te has acostado con otro. Bien, es un juego para dos.
Sra. Justicia:
“¡Me ahogo! ¡Sob! ¿Qu-quién es ella, V? ¿Cómo se llama?”
V:
Se llama Anarquía. ¡Y me ha enseñado que es mejor amante de lo que tú jamás fuiste! Me ha enseñado que la Justicia carece de sentido sin Libertad. Es honesta. No rompe promesas como tú, Jezabel. Solía preguntarme porqué nunca me mirabas a los ojos. Ahora ya lo sé. Así que adiós, querida dama. Incluso ahora me entristecería nuestra separación, si no fuera porque ya no eres la mujer que una vez amé. Toma un regalo de despedida. Lo dejo a tus pies.
La estatua que reinaba en lo alto del Old Bailey salta por los aires entre cenizas y fragmentos de piedras)
V:
"Las llamas de la libertad. Oh, mi preciada anarquía... oh belleza, no te había conocido hasta ahora"
“Anarquía significa sin líderes, no sin orden....”
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